Page 197 - La Nave - Tomas Salvador
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envidia. Habla con palabras extrañas a nuestras
costumbres. ¿Acaso no has oído a Shim que los kros
son hombres desfigurados por los rayos del
espacio? ¿Quieres que el pueblo wit, no preparado,
muera?
—He meditado sobre ello, Ylus, pero no me he
convencido. ¿Es que todavía han de perjudicarnos
esos rayos? ¿No han pasado muchas generaciones?
La Nave está lejos, muy lejos. Ya no habrá ese
peligro que decía Shim.
—Haya o no haya peligro, nosotros hemos sido
felices aquí abajo, Kalr. Tenemos nuestros símbolos
y nuestra luz, y nuestras mujeres son bellas, y
nuestros hijos, alegres.
—¡Y las ratas suben de los sótanos y muerden los
pies y las manos de nuestros hijos y mujeres! Y
nuestros vestidos son siempre negros. Y no hemos
visto nunca las estrellas. ¡Y debemos obedecer a
unos hombres que sabemos inferiores a nosotros!
—¡Basta, Kalr! Por haberte escuchado hemos
abandonado el trabajo, y los guardianes de los kros
ocupan las fronteras y matan a todos los nuestros
que se acercan a ellos; y nos hemos metido en un
callejón sin salida. Bastante te hemos escuchado
ya...
Kalr, congestionado, furioso, hizo un esfuerzo por
contenerse.
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