Page 210 - Triton - Samuel R. Delany
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—Bueno,  porque  —bajaron  unas  escaleras—  estaba

           aquí.  Y  quiero  decir,  puesto  que  me  golpeó  en  la


           mandíbula una vez, justo en el momento más delicado en

           la producción, cuando se establece el contacto inicial con

           la audiencia, pensé que su oficio podía ser muy bien el


           de introductor formal. Al parecer, él había presenciado

           ya algunas de nuestras piezas..., me dijo que le habían


           gustado. Yo intenté descubrir cómo encajaba eso con la

           misión que su secta le había impuesto. Eso condujo, por

           supuesto, a la política Bestial, y de ahí a la historia de su


           vida..., ya sabes a lo que me refiero. Yo ya sabía algo de

           él  a  través  de  Dian,  así  que  pude  hacer  algunos

           comentarios                inteligentes;              eso,        naturalmente,                 lo


           predispuso hacia mí; empezamos a hablar. Como puedes

           imaginar, la gente con esa apariencia no son individuos

           muy  buscados  socialmente.  Creo  que  le  falta


           conversación civilizada. Realmente descubrí que era un

           tipo muy astuto. El problema metafísico con la posición


           de  Fred,  por  supuesto,  es  que  cualquier  comunicación

           implica como mínimo a  dos personas..., más o menos.

           Ahora  bien—mientras  alcanzaban  el  nivel  del  suelo—,


           dos          personas               pueden              hablar             intensamente,

           elocuentemente, o de cualquier otra manera entre esos


           dos  límites.  Pero,  en  cualquier  punto,  lo  que  es

           significativo para una de ellas puede resultar una charla

           vacía para la otra. O la situación puede invertirse. Y todo




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