Page 250 - Triton - Samuel R. Delany
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sorprendentemente confuso..., y fue entonces cuando se
dio cuenta de lo claramente que recordaba todo lo demás,
empezando con la actuación y terminando con aquel
momento en el que, entrelazados, se habían dormido.
La Púa se marchaba. Hoy. Así que era estúpido seguir
pensando en ello.
Pero cada incidente de la noche, con su decepción aún
intacta, así como su seguridad, su relajación, su casi
insoportable placer, volvía con tanta claridad que algo se
aferraba a su garganta a cada imagen. (Sólo los olores
traían normalmente a él recuerdos tan vividos.) Tres
veces, en su camino a la estación de transporte abierta
toda la noche de la Plaza de la Luz, se detuvo en medio
de la calle. Y cuatro veces, mientras se sentaba,
contemplando a través de la ventana la galaxia de
estrellas preamanecer de Tetis hundirse detrás en el azul
(como algún vuelo a Nereida, y luego a...), estuvo a punto
de echarse a llorar.
—...molestarte a esta hora, pero simplemente deseaba
entregártelo lo antes posible, mientras aún lo tenía fresco
en la memoria, ¿sabes? En caso de que tú... Bueno, ahora
ya lo tienes. —En la parte de arriba de la rendija de un
par de dedos de la puerta apareció una franja color piel.
Encima de ella había un revuelto pelo y un solo ojo verde
orlado de rojo; más abajo, tras varios moteados, franjas y
pliegues, se veían gruesas venas y los dedos de uñas
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