Page 255 - Triton - Samuel R. Delany
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de obtener un cuarto, lo cual es tres más que tú..., y sigo
sin tener ni la más remota idea. —Audri apoyó las
palmas de sus manos en el borde del escritorio—. Mira.
Simplemente márchate de aquí. Si vienes con algo más
acerca de la Estrella del Día esta tarde, mételo por debajo
de la puerta de Phil o la mía. Pero no nos molestes. ¿De
acuerdo? Y no vuelvas mañana.
Pensativo, dijo (no lo pretendía, pero sonó un poco
beligerante):
—De acuerdo... —y regresó a su oficina.
Su mente estaba llena de confusos pensamientos, y ni
siquiera se molestó en abrir de nuevo el dossier de la
Estrella del Día.
La energía estaba cortada cuando regresó a la Casa de
la Serpiente. Sentado en la sala común, a solas en un
nicho de conversación, releyó el folleto que había
recogido aquella mañana del suelo de la cabina
realzaego.
«¡¡¡ESTAS COSAS ESTÁN OCURRIENDO EN SU
CIUDAD!!!»
Pero, mientras absorbía cada una de las atrocidades
políticas, no dejaba de pensar en otras cosas que no
ocurrían en la ciudad: como las actuaciones de la
pequeña compañía de microteatro; y su directora, que ya
no era una residente. De una forma que no se atrevía a
definir, eso hacía las atrocidades aún peores.
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