Page 189 - Anatema - Neal Stephenson
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La familia de Jesry regresó y él fue a visitarla algunas
veces. Le acompañé en una ocasión, y me asombró su
inteligencia, su refinamiento y (como siempre) la gran
cantidad de cosas que poseían. Pero debajo no había nada.
Sabían muchas cosas, pero no tenían ni idea de por qué. Y
curiosamente eso hacía que se sintiesen más seguros de
tener razón.
Dolido por los comentarios de Jesry, Lio convenció a
algunos de sus nuevos amigos para que le llevasen a una
cantera, en la falda de la montaña, donde la gente se
entretenía disparando armas de proyectiles contra objetos
inmóviles. Su paño y su esfera se convirtieron en blanco.
Lio se enfrentó a dos de sus tres posesiones atacándolas
con balas y flechas de punta ancha. Las balas atravesaban
el tejido del paño: las fibras de neomateria se limitaban a
abrirse para dejarlas pasar y quedaban huecos que era
posible cerrar masajeándolos con los dedos. Pero las
flechas afiladas cortaban algunas fibras y dejaban agujeros
irreparables. La esfera, sin embargo, se distorsionó y se
estiró sin límite, como una hoja de caramelo si intentas
atravesarla con el dedo. Las balas casi atravesaban el
material para luego rebotar como pelotas. El veredicto de
Lio fue que la esfera se podía emplear como defensa contra
las armas de fuego: la bala penetraría en tu cuerpo, pero lo
haría rodeada de un largo dedo de esfera, lo que evitaría
la fragmentación y el rebote, y podría emplearse para
sacar la bala. Todos nos sentimos más tranquilos.
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