Page 23 - Anatema - Neal Stephenson
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nuestras escaleras; acababan de descubrirla y no teníamos
tiempo de levantar un andamio adecuado antes de Apert.
Orolo tenía intención de entrevistar al artesano y quería
que yo apuntase lo que sucediese en la entrevista.
Con los ojos empañados miré la hoja que tenía delante.
Estaba tan vacía como mi cerebro. Estaba faltando a mis
obligaciones.
Pero era más importante anotar lo que dijese el artesano.
De momento, nada. Al comienzo de la entrevista, había
estado pasando un objeto insuficientemente afilado sobre
una piedra plana. Ahora se limitaba a mirar fijamente a
Orolo.
—¿Alguien que conozca ha sido mutilado ritualmente
porque se le encontrase leyendo libros?
El artesano Flec cerró la boca por primera vez en un buen
rato. Comprendí que la próxima vez que la abriese tendría
algo que decir. Rasgué el borde de la hoja sólo para
comprobar que la pluma no se hubiera secado. Fra Orolo
se había callado y miraba al artesano como si el hombre
fuese una nebulosa recién descubierta que viese por el
ocular de un telescopio.
El artesano Flec preguntó.
—¿Por qué no os limitáis a motuar?
—Motuar —me repitió fra Orolo varias veces mientras yo
escribía.
Hablé a trompicones porque intentaba expresarme y
escribir al mismo tiempo:
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