Page 28 - Anatema - Neal Stephenson
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—Es mi hora —dije. Luego añadí para el artesano—: Mis
disculpas, debo ir a dar cuerda al reloj.
—Me preguntaba… —dijo. Metió la mano en la caja de
herramientas y sacó una polibolsa, sopló para quitarle el
serrín, abrió el cierre (que era de un tipo que yo no había
visto nunca) y sacó un tubo plateado del tamaño de un
dedo. Luego miró esperanzado a fra Orolo.
—No sé qué es y no comprendo lo que quieres —dijo fra
Orolo.
—¡Un motucaptor!
—Ah. Has oído hablar de Provenir y, ya que estás aquí,
¿quieres presenciarlo y crear imágenes en movimiento?
El artesano asintió.
—Es posible, siempre que aceptes colocarte donde te
indiquen. ¡No lo actives! —Fra Orolo alzó las manos y se
preparó para apartar la mirada—. La Guardiana
Regulante se enterará… ¡y me impondrá una penitencia!
Te enviaré a los Ati. Ellos te indicarán adonde ir.
Y más detalles del mismo estilo, porque la Disciplina
contaba con múltiples reglas, y ya habíamos liado lo
suficiente con ellas la mente del artesano Flec al permitirle
entrar en el cenobio decenario.
Claustro: (1) En orto antiguo, cualquier espacio
cerrado y limitado (antes de su ejecución, a Thelenes
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