Page 25 - Anatema - Neal Stephenson
P. 25
conocerán por algún otro nombre. Yo no podría hablar con
ellos.
El artesano Flec no se había enterado de nada a partir de
«longetrón».
—¡El longetrón es completamente diferente! —dijo—. No
se puede ver contenido longetrón en un motus. Hay que
convertir y reparsear el formato.
A fra Orolo esos detalles le aburrían tanto como lo de los
centenarios había aburrido al artesano, por lo que la
conversación cesó el tiempo suficiente para que yo
pudiese anotarlo todo. Se me había pasado la vergüenza
sin que me diese cuenta, como pasa con el hipo. El
artesano Flec, creyendo que la conversación había
terminado, se volvió para mirar el andamio que sus
hombres habían levantado bajo la viga estropeada.
—Respondiendo a tu pregunta… —dijo fra Orolo.
—¿Qué pregunta?
—La que has planteado hace un minuto… Si queremos
saber cómo están las cosas extramuros, ¿por qué no
motuar nosotros mismos?
—Oh—dijo el artesano, un tanto confundido por la
magnitud de la capacidad de atención de fra Orolo. «Sufro
de desorden de exceso de atención», le gustaba decir a fra
Orolo, como si tuviese gracia.
—Primero —dijo fra Orolo—, no disponemos de un
dispositivo motus.
—¿Dispositivo motus?
25

