Page 382 - Anatema - Neal Stephenson
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—Fra Tavener —dijo, empleando el nombre de avoto de


          Barb—, recuérdame que te enseñe algunas investigaciones

          en la Biblioteca que demuestran lo improbable que es.

            —¿Improbable  pero  no  imposible?  —le  respondió  fra


          Tavener.

            Jesry volvió a suspirar.

            —Fra Jesry —dije, y logré mirarle a los ojos con ironía…


          el tipo de señal que para Barb no significaba nada—, fra

          Tavener  parece  muy  interesado  en  el  tema.  El  fuego  se

          apaga. Aquí sólo nos quedan unos minutos. ¿Por qué no


          os adelantáis y le muestras esas investigaciones? Nosotros

          apagaremos el fuego y recogeremos.


            Todos  guardaron  silencio  un  momento,  porque  todos

          nosotros, yo incluido, estábamos sorprendidos por lo que

          acababa de suceder: yo le había dado una orden a Jesry.


          ¡Sin  precedentes!  Pero  no  me  importaba.  Estaba

          demasiado ocupado preocupándome de otras cosas.


            —Vale —dijo Jesry, y se adentró en la oscuridad seguido

          de Barb. Los demás nos quedamos allí de pie y en silencio

          hasta  que  el  sonido  de  las  preguntas  de  Barb  quedó


          ahogado por el crepitar del fuego y el borboteo del río en

          las orillas heladas.

            —Quieres hablar sobre la tablilla —predijo Lio.


            —Es hora de traerla y echarle un vistazo —respondí.

            —Me sorprende que no te hayas dado más prisa —dijo

          Tulia—. Yo me muero por verla.







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