Page 388 - Anatema - Neal Stephenson
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ndependientemente de lo que pudiera decirse de sus ricos
I
descendientes, fra Shuf poseía poca riqueza y no tenía
ningún plan, lo que resultó evidente tan pronto como
bajamos los escalones de piedra para llegar al sótano del
lugar que él había empezado y sus descendientes habían
terminado. Digo «sótano», pero sería más apropiado decir
que eran varios sótanos —no llegué a contarlos todos—
unidos entre sí formando un grafo que nadie comprendía
por completo. En cierta forma era todo un logro haber
dejado semejante desastre bajo un edificio tan pequeño.
Arsibalt, por supuesto, tenía una explicación: Shuf era
cantero. Había iniciado el proyecto alrededor del 1200
como pasatiempo excéntrico. Su intención había sido
construir una torre delgada con una habitación en la parte
superior, donde un avoto pudiese sentarse a meditar.
Terminada esa fase, se la había pasado a un fille que se dio
cuenta de que la torre empezaba a inclinarse y pasó gran
parte de su vida reemplazando los cimientos… una
empresa más bien desagradecida que incluía hacer huecos
bajo lo que ya había y encajar en ellos enormes bloques de
piedra. Había acabado teniendo más cimientos de los
necesarios antes de pasar a manos de otro cantero que
había excavado más, instalado más cimientos y levantado
más muros. Y aquello había continuado a lo largo de
varias generaciones, hasta que el linaje fue acumulando
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