Page 392 - Anatema - Neal Stephenson
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—Que los Ati fueron muy diligentes en la limpieza del


          Ojo de Clesthyra —dijo—. Un Ati viene todos los días a

          limpiar el polvo. A veces aprovecha para almorzar.

            —Bonito lugar para comer —dije—. Pero me refería más


          bien a las observaciones nocturnas.

            —Eso te lo dejo a ti, fra Erasmas.

            Ya sólo quería una excusa para ir a menudo a la tación de


          Shuf. Al fin, en ese punto, la política actuó en mi favor. Los

          que veían mal que los AFR recuperasen la tación, lo hacían

          porque les parecía una forma taimada de conseguir algo a


          cambio de nada. Si se lo preguntabas, los AFR insistían

          siempre en que cualquiera podía ir allí a trabajar. Pero los


          miembros  del  Nuevo  Círculo,  y  especialmente  los

          edharíanos,  casi  nunca  lo  hacían.  En  parte  era  por  la

          habitual rivalidad  entre órdenes. En parte se trataba de


          asuntos de actualidad.

            —¿Cómo  te  tratan  últimamente  tus  hermanos  y


          hermanas?  —me  preguntó  Tulia  un  día  mientras

          regresábamos de Provenir. Su voz no era cálida. Más bien

          analítica. Me di la vuelta para caminar de espaldas frente


          a ella y poder mirarle la cara. Se molestó y alzó las cejas.

          En  un  mes  llegaría  a  la  mayoría  de  edad.  A  partir  de

          entonces  podría  participar  en  connubios  sin  violar  la


          Disciplina. La situación entre nosotros dos se había vuelto

          algo embarazosa.

            —¿Por qué me lo preguntas? Por simple curiosidad… —


          dije.



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