Page 543 - Anatema - Neal Stephenson
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tenía cuidado de recordar, las ideas que contienen no se
pueden atribuir a ninguna persona en particular. Alguien
lo bautizó como pensamiento roscónico y el nombre se le
quedó.
—¿Y un par de años después acabó siendo vuestra
Disciplina?
—Sí, pero no formalmente. Más bien era un conjunto de
hábitos. Hábitos de pensamiento que muchos de los
nuevos avotos ya comparten cuando entran por las
puertas.
—¿Como no creer en Dios? —preguntó Beller.
Y en ese momento, aunque íbamos por terreno llano y
despejado, me sentí como si fuésemos por una carretera de
montaña con un abismo de mil pies a cada lado, al que
Beller nos podía arrojar con un pequeño toque de los
controles. Pero Arsibalt estaba tranquilo, cosa que me
maravilló, porque podía ponerse muy nervioso con
cuestiones mucho menos peligrosas.
—Estudiarlo es una especie de concurso de comer
pasteles —dijo Arsibalt.
Se trataba de una expresión flújica que Lio, Jesry, Arsibalt
y yo empleábamos para referirnos a un largo e ingrato
paseo por un montón de libros. Confundió totalmente a
Beller, quien pensó que hablábamos de los roscos, y por
tanto Arsibalt tuvo que invertir un minuto o dos en
separar las dos referencias a productos de pastelería.
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