Page 995 - Anatema - Neal Stephenson
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Tras refrescarse, Madame Secretaria miró a los otros seis


          miembros  de  la  mesa.  —O  al  menos  eso  es  lo  que  les

          cuento a mis colegas que me preguntan por qué malgasto

          mi  tiempo  en  este  Mensal  —dijo  con  buen  humor.  Fra


          Lodoghir  se  rio  con  ganas.  Los  demás  lograron  soltar

          algunas risitas, excepto fra Jad, que miraba a Ignetha Foral

          como  si  ésta  fuese  la  muestra  biológica  mencionada


          anteriormente. Ignetha Foral era lo suficientemente lista

          para  darse  cuenta—.  Fra  Jad  —dijo,  inclinándose

          ligeramente  hacia  él  en  un  amago  de  reverencia—,


          naturalmente, posee una visión a largo plazo de las cosas

          y  probablemente  esté  pensando  que  mis  colegas  tienen


          una capacidad de concentración tan escasa como para ser

          peligrosa. Pero mi especialidad, para bien o para mal, es el

          funcionamiento  político  de  lo  que  vosotros  llamáis  el


          Poder Secular. Y en ese mundo, a muchos este Mensal les

          parece una forma de malgastar muy buenas mentes. Lo


          mejor que admiten es que resulta un lugar conveniente al

          que  exiliar  a  personas  difíciles,  irrelevantes  o

          incomprensibles,  para  que  no  se  inmiscuyan  en  los


          asuntos  importantes  del  Convox.  ¿Qué  dirían  los

          presentes en esta mesa a los que me recomiendan que lo

          deje? ¿Sur Asquin?


            Sur Asquin era nuestra anfitriona: la actual Dicataria de

          la tación de Avrachon, por tanto su propietaria a todos los

          efectos  menos  de  nombre.  Ignetha  Foral  la  había


          nombrado primero porque parecía tener algo que decir,



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