Page 116 - Las Estrellas Mi Destino - Alfred Bester
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—Jaunteos Infernales. Cada tanto un chico se cansa de la
vieja cueva. Ya no puede soportarla más, él. Y jauntea al
mismísimo infierno.
—Jesús.
—Sí. No saben dónde están, ellos. No saben dónde van.
Jauntean al infierno en la oscuridad... y los oímos explotar
en las montañas. ¡Boom! Jaunteo Infernal.
Se quedó anonadado, pero podía comprenderlo. La
oscuridad, el silencio, la monotonía, destruían el buen
sentido y llevaban a la desesperación. La soledad era
intolerable. Los pacientes enterrados en el hospital prisión
de la Gouffre Martel esperaban con ansiedad el período
matutino en Aseos para tener la posibilidad de susurrar
una palabra y escuchar otra palabra. Pero esos fragmentos
no eran bastante y llegaban a la desesperación. Entonces se
oía otra distante explosión.
A veces, los hombres desesperados se enfrentaban unos
con otros, y estallaba una salvaje lucha en Aseos. Pero
inmediatamente eran reprimidos por los guardas, y el
discurso matutino se componía de la grabación de Fibra
Moral que exaltaba la Virtud de la Paciencia.
Foyle se aprendió las grabaciones de memoria, cada
palabra, cada click y crack de las grabaciones. Aprendió a
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