Page 104 - El Planeta Prohibido - Stuart W J
P. 104

de lo que aconteció a la espacionave.

                Un pez curioso. Con muchas cosas que no me gustaban

         en  él.  Particularmente,  la  sensación  que  daba  de  creerse

         digno de valer por dos de nosotros. Para no decir nada de


         su hija. Ese era otro dolor de cabeza. Compadeced al pobre

         jefe,  con  semejante  golosina  a  bordo  y  veinte  perros  del

         espacio, sexualmente hambrientos, con la lengua afuera…

                Pero tenía que olvidarme de ella. Debía concentrarme


         en  la  pregunta  fundamental.  ¿Cómo  se  había  convertido

         este filólogo en un científico práctico? ¡Y en un genio técnico

         superior a todos los de la Tierra y de cualquier otro lugar


         conocido! ¡Así que su Robot había realizado la mayor parte

         del  trabajo!  ¡Así  que  él  había  hecho  el  Robot,  el  más

         inverosímil de todos los trabajos, primero que todo!


                Dejando  a  un  lado  el  asunto  de  los  conocimientos,

         ¿cómo había obtenido las herramientas? ¿Y los materiales?

                ¿Y  por  qué  había  dicho  que  existía  “una  sola

         herramienta esencial, el  cerebro”? ¿Creía  él  que eso tenía


         sentido?

                Y, ¿lo tenía?

                Yo sabía, cuál era para mí la respuesta. En el viaje de

         vuelta  la  estaba  confrontando  conmigo  mismo  pero  la


         confrontación no modificó las cosas. Seguí opinando de la

         misma manera, pero con más fuerza.

                Se lo dije al doctor, a Jerry y a Quinn, después de cenar.





                                                                                                          104
   99   100   101   102   103   104   105   106   107   108   109