Page 105 - El Planeta Prohibido - Stuart W J
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Nos quedamos de sobremesa y despaché al resto de la
tripulación, asegurándome que no hubiera nadie cerca que
pudiera oír. Quinn quería volver enseguida a su trabajo,
pero no lo dejé. Deseaba una conferencia con todos los
oficiales.
Primero, describí el escenario. Le pedí al doctor y a
Farman que se fijaran si omitía algo, o si me equivocaba en
alguna de mis impresiones. Pero debo haberle hecho bien,
porque ninguno de ellos tuvo nada que corregir.
Quinn me contempló a través de sus grandes anteojos.
Lo primero que preguntó fué:
—Esa muchacha… ¿cómo es?
Quinn. Alonso Quinn. El preguntó eso. Era una prueba,
si es que yo la necesitaba, de lo que podía causar un año en
el espacio, aún en un individuo poco mujeriego como mi
Jefe Diseñador…
—Ah, nada más que una muchacha —le contesté—. De
unos diecinueve años. Nunca conoció otro ser humano que
su padre. Parece un poquito impresionada, quizás.
No miré a Jerry ni al doctor mientras lo decía.
—El problema es Morbius —proseguí, haciéndoles un
resumen de lo que opinaba de él—. No tiene sentido que
haya podido convertirse de la noche a la mañana en un
genio de la técnica y construir una máquina como ese Robot
—dije. Miré a Quinn, que sacudió la cabeza en sentido
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