Page 137 - El Planeta Prohibido - Stuart W J
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hacerlo. Sencillamente, se me escapó. Existen órdenes bien

         definidas respecto a las mujeres. Fueron dictadas por gente

         que  conoce  el  problema.  ¡Dios  mío!  ¿Qué  cree  usted  que

         pasaría con la disciplina, si todos estos hombres estuvieran


         en libertad, de andar merodeando…? —Me contuve justo a

         tiempo—… si estuvieran en libertad de andar rondando en

         torno a cuanta cosa con forma de mujer se les presentara.

         ¡Ya  resulta  bastante  difícil  con  ejemplares  como  los


         marcianos! Y cuando se trata de chicas humanas bonitas,

         que se pasean con vestidos como los suyos…

                —¡Vestidos!  ¡Mis  vestidos!  —exclamó  ella—.  ¿Qué


         quiere usted decir?… —Estaba tan enfurecida que parecía

         que de sus ojos fueran a salir chispas.

                Yo quería mantener mi boca cerrada. Pero no pude. Le


         dije:

                —Son  caza‐hombres.  Mírese  usted  ahora.  ¡Recuerde

         cómo estaba anoche… y ayer! Manténgase apartada de mi

         tripulación, o vístase con decencia…


                Fué  cuanto  pude  decir.  Se  me  aproximó  bien  y  vi  su

         mano  derecha  en  el  aire.  Intenté  asirle  la  muñeca  y  mis

         dedos se cenaron sobre su antebrazo…

                Nos quedamos así. Ella, con el brazo en alto y mis dedos


         apretándoselo. Parecíamos incapaces de movernos. Por lo

         menos  yo  no  lo  hice,  y  ella  ni  siquiera  trató  de  retirar  el

         brazo. Fué distinto a cuanto sintiera antes. Me pareció como





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