Page 138 - El Planeta Prohibido - Stuart W J
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si una especie de corriente me hubiera sido conectada en el

         momento  en  que  la  toqué.  Su  piel  era  firme  y  suave  al

         contacto  de  mi  mano:  fresca  en  la  superficie  y  tibia  por

         debajo. Lo sentía por todo mi ser.


                Simplemente, nos quedamos allí. Creo que dije algo. No

         lo sé. Surgió un gracioso ruidito de su garganta y de pronto

         retiró  el  brazo.  Su  cara  se  arrugó  como  la  de  un  niño  y

         comenzó  a  llorar.  Dió  media  vuelta  y  huyó  por  entre  los


         árboles.

                Me  quedé  contemplándola.  Mis  dedos  todavía

         hormigueaban, en la parte con que la había tocado.


                V



                Eran las tres y treinta y siete cuando volví al tractor. Me


         sentía muy mal, y, además, litigado. Había pasado las dos

         últimas horas, o algo más, echado boca abajo en el suelo,

         espiando, por entre los árboles, el frente de la casa. Y había

         visto lo que debía haber esperado ver desde un principio.


         Nada. Absolutamente nada.

                El doctor había regresado hada cinco minutos. Estaba

         apoyado en el capot del tractor, fumando, con el cigarrillo

         oculto por la mano ahuecada. Jerry estaba subido al tractor,


         tirado sobre uno de los asientos traseros. El doctor me dijo:

                —Sin novedad, jefe. ¿Tuvo usted suerte?

                Sacudí  la  cabeza,  subimos  y  él  se  sentó  a  mi  lado,





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