Page 140 - El Planeta Prohibido - Stuart W J
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CAPITULO CUARTO
RELATO DEL COMANDANTE J. J. ADAMS
(Continuación)
I
Eran las ocho y treinta y dos, de la mañana siguiente,
cuando el cadete de guardia en el radar me llamó por medio
de la chicharra. Al mismo tiempo, uno de los centinelas vió
algo que se aproximaba rápidamente por el desierto.
Era el trineo de Morbius.
El Robot llegó con él cas hasta el costado de la nave. Para
cuando se hubo disipado la polvareda, ya había descendido
y me estaba hablando. Se me acercó hasta el pie de la
planchada de acceso.
—Buenos días —dijo—. Saludos del doctor Morbius.
Aquí están las chapas para usted. —Se volvió para señalar
el trineo y vi una masa de material apilado en la parte
posterior.
Tuve la rara sensación de que el Robot era un viejo
amigo, o algo así.
—Muchas gracias, Robby —le dije, sin pensar que era
una forma bien tonta de hablarle a una máquina. En
realidad, yo no pensaba en aquello como tal, sino como en
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