Page 148 - El Planeta Prohibido - Stuart W J
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seguro  era  de  un  sonido.  Lo  cual  era  curioso  en  sí;  uno,

         habitualmente,  no  recuerda  sonidos  después  de  una

         pesadilla. Podía oírlo, jadeando sobre mi cabeza, minutos

         después de haberme despertado. Era algo muy suave, pero


         grande.  Demasiado  grande.  Había  algo  impropio  en  ello.

         Como si fuera imposible, pero seguía existiendo lo mismo.

                En  una  oportunidad,  a  eso  de  las  cuatro  de  la

         madrugada, me sentí tan inquieto una de las veces que me


         desperté,  que  fui  hasta  la  planchada  y  me  quedé  allí,

         observando. Pero todo estaba en orden. Los centinelas, en

         sus puestos, o recorriendo sus sectores. No había el menor


         ruido o… indicio… de que algo anduviera mal. Volví a mi

         cabina.

                Y  me  quedé  dormido.  Esta  vez  no  hubo  pesadilla.


         Dormí  una  hora  y  media  hasta  que  oí,  por  el

         intercomunicador, la llamada de zafarrancho general.

                Estaba a medio vestir, cuando sonó en mi puerta, un

         golpe  que  denotaba  agitación.  Era  el  contramaestre.


         Respiraba  con  dificultad  y  se  lo  veía  afligido.  Me  dió  su

         mensaje.  Quinn  me  rogaba  que  fuera  hasta  el

         emplazamiento del transmisor, lo más pronto posible, o más

         rápido todavía. Había algo en su voz que hizo que pusiera


         una  camisa  y  saliese  corriendo,  acomodándomela  en  los

         pantalones mientras lo hacía.

                Un  grupo  de  hombres  estaba  en  torno  al  lugar  del





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