Page 144 - El Planeta Prohibido - Stuart W J
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puerta. Se hallaba echado en su litera, fumando. Me miró,
pero no dijo nada.
—Déjese de tonterías —le dije y se sentó. Debió haber
algo en mi voz, porque me dedicó una semisonrisa
enfermiza—. No puedo darme el lujo de tenerlo arrestado
—le manifesté—. Estamos escasos de personal. De manera
que olvidaremos el asunto, desde este momento. —Me
acerqué a la cama y mirándolo, continué—: Pero, si comete
usted otro desatino, hermano, le voy a dar motivos para que
se acuerde de mí, por largo tiempo.
Estiré la mano y me serví un cigarrillo del paquete que
tenía sobre la almohada.
—Bueno —replicó. Otra vez lucía su sonrisa—. Pero
téngame apartado de la familia del doctor Morbius, ¿eh?
No me gustó su forma de mirarme. Quité la cápsula de
ignición al cigarrillo y me quedé callado.
Se puso de pie. Luego, suplicó:
—Olvídelo, jefe. Usted es un buen tipo. Pese a todo el
esfuerzo que realiza para no serlo.
II
Hasta el momento en que arreglé el asunto con Jerry, el
día había sido bastante movido, sucediéndose las cosas una
tras otra. Poro después fué diferente, Alonso y sus
muchachos armaron las tres cuartas partes del transmisor;
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