Page 146 - El Planeta Prohibido - Stuart W J
P. 146
No mencionamos a Altaira. Creo que el doctor estuvo a
punto de hacerlo, un par de veces, pero me las arreglé para
desviarlo.
Cada vez hacía más calor, un calor denso, pesado, y
decidimos volver a la nave. En el camino, el doctor tocó un
punto que no habíamos tratado, aunque a lo mejor los dos
habíamos pensado en ello.
—Usted sabe, jefe —me dijo—; si consigue que le
impartan órdenes, ellas serán que se lleve a Morbius de
vuelta. Y yo me pregunto cómo… —Se detuvo de golpe,
como si se hubiera sorprendido a sí mismo.
—Usted quiere decir que se está preguntando, cómo lo
tomarían los altairianos —dije, sonriéndole—. Pero usted no
cree que existan, doctor. ¿Recuerda?
Se rió.
—Tal vez quise referirme a esa “Fuerza” —aclaró. Y
dejó de reír.
Estábamos ya casi llegando a la espacionave. Pasamos
junto al tractor y tuve un mal pensamiento.
—¡Caramba! —exclamé—. ¿Qué hacemos con ese
mono? Si alguno de los muchachos lo ve, empezará a hacer
demasiadas preguntas…
El doctor me tranquilizó.
—Está todo arreglado. Ya me ocupé de eso —y en ese
momento apareció el contramaestre y me dijo que quería
146

