Page 150 - El Planeta Prohibido - Stuart W J
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café. Luego, le pregunté:

                —Ese  modulador  klistrón.  ¿Dijo  usted  que  era

         irreemplazable?

                Quinn me respondió:


                —Estaba  envuelto  en  boro  líquido,  en  un  campo  de

         gravedad suspendido. Con nuestros limitados medios, no

         es posible reconstruirlo. —Ya no tartamudeaba ni maldecía.

                —Así que es imposible —argüí—. ¿Cuánto tiempo haría


         falta?

                No le pareció graciosa mi salida. Se rascó la barbilla y

         dijo:


                —No sé, jefe. ¿Qué le parece si empiezo ahora mismo y

         después hablamos?

                Yo contesté:


                —Es usted un gran muchacho, Alonso —y lo invité a

         que  se  desayunara.  Pero  él  manifestó  que  comería  un

         sándwiche en el mismo taller, y salió disparando.

                Iba a llamar al contramaestre, para iniciar la encuesta,


         cuando entró el doctor. Estaba traspirando y resoplaba. Dijo

         que  Jerry  quería  saber  si  yo  deseaba  salir  a  ver  algo  que

         hablan hallado.

                Fuí. Sólo estaban afuera los centinelas. Los muchachos


         de  Alonso  estarían  de  nuevo  en  el  taller,  supuse,  Jerry

         hallábase parado, del otro lado del transmisor, a unas pocas

         yardas. Miraba algo en la arena. Cuando el doctor y yo nos





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