Page 283 - El Planeta Prohibido - Stuart W J
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Pero ella estuvo enseguida a mi lado. Sentí su mano en

         mi muñeca y descubrí que tenía la pistola empuñada.

                —John… —dijo ella, y guardé la pistola.

                Nueva  sacudida.  Toda  la  casa  se  estremeció.  Los


         postigos  emitieron  un  tañido  anunciador  de  que  estaban

         cediendo. Los estaban… “desgarrando”.

                El chirrido metálico cesó. Y algo hizo impacto en la gran

         puerta de entrada. La madera crujió.


                Me  fuí  en  pos  de  Morbius,  y  me  detuve  cuando  vi  a

         Altaira que atravesaba la habitación, tras de él. Iba en busca

         del Robot. Estaba parado junto al comedor. Ella le habló y


         la cabeza del autómata se ilumino.

                Hubo otro golpe contra la puerta y un ruido de madera

         astillada. Me pareció que Morbius iba a caer y lo sujeté. Le


         grité algo… no recuerdo qué.

                Todo sucedió al unísono. Altaira señalaba a la puerta,

         mientras le ordenaba al Robot:

                —¡Páralo! ¡No dejes que entre! —Morbius luchaba por


         desasirse de mí. Pude ver al Robot por sobre su hombro…

                El  armatoste  se  resistía,  luchaba  contra  una  orden

         imposible.

                Sus luces centelleaban alocadamente y de adentro salía


         como un quejido. Igual que cuando no pudo disparar sobre

         mí la pistola, el primer día.

                Se oyó otro golpe más contra la puerta. Retumbó como





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