Page 67 - El Planeta Prohibido - Stuart W J
P. 67
una sonrisa incrédula, desagradable—. Y la delicia del ama
de casa.
—También —dijo Morbius— el perfecto factótum. —
Parecía divertirse con el descreimiento de Farman—.
Agréguele obediencia absoluta e impersonal, acompañada
de un fenomenal poder, y tendrá… —sonrió—, tendrá usted
a Robby.
Adams preguntó:
—¿Poder fenomenal?
—Verdaderamente, sí —respondió Morbius,
enfáticamente—. Una característica útil en un instrumento
de esta clase, ¿no lo cree usted?
—Puede ser —dijo Adams—. Podría, sin embargo,
resultar peligroso.
—¿Peligroso? —Morbius lo estudió, arqueando las
cejas.
—Supóngase que el contralor cayera en manos
inconvenientes —aclaró Adams. Cada vez parecía más
inexpresivo.
Morbius se rió.
—Confío que no me habrán asignado el gastado papel
de “científico loco”, comandante. —Rió nuevamente y no
me gustó su risa—. Pero aunque lo fuera —dijo—, le
aseguro que Robby jamás podría ser una amenaza para
otros seres humanos. —Guiñó irónicamente un ojo a
67

