Page 62 - El Planeta Prohibido - Stuart W J
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su voz.

                —Pero  cómo  no…  —Morbius  tomó  su  copa  y

         nuevamente dudé si una sonrisa estaba jugueteando en un

         extremo de su boca—. ¡A vuestra salud, caballeros! —dijo y


         bebió.

                Adams y Farman se tomaron el suyo de un trago, pero

         yo, después del primer sorbo, saboreé el mío con lentitud y

         respeto. El vino era exquisito, siendo su primera impresión


         como la de un etéreo Niersteiner de la mejor cosecha, pero

         con una profundidad y sutileza en el sabor, que ninguna

         uva cultivada en la Tierra podría jamás igualar.


                —¿Cuál  es  vuestra  opinión?  —inquirió  Morbius,

         respondiendo Adams con un —Muy bueno—, y Farman —

         Magnífico, magnífico.


                Yo  dije  que  no  tenían  más  paladar  que  un  par  de

         marcianos y le expresé a Morbius lo que “yo” opinaba al

         respecto, extendiéndome un tanto.

                Sentí  la  desaprobación  de  Adams,  pero  continué  lo


         mismo. Este hombre, Morbius, me estaba fascinando desde

         el punto de vista profesional, y quería observar su reacción

         ante el elogio sin reservas, aún en un asunto tan trivial como

         el del vino. Fué como yo había esperado, pero en tan alto


         grado  que  me  causó  asombro  Tomó  el  elogio  como

         merecido. Era fácil darse cuenta de que cuanto mayor era la

         ponderación, más le agradaba. Comenzó a explicarme todo





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