Page 63 - El Planeta Prohibido - Stuart W J
P. 63
su proceso de vinificación y pude notar que aunque Adams
se mantenía impasible como de costumbre, Farman se
impacientaba cada vez más. Morbius debió notarlo también,
porque se interrumpió de golpe, se disculpó en forma
correcta, aunque un tanto sardónica, y nos pidió
nuevamente que lo excusáramos por un instante; esta vez
para “ocuparse del almuerzo”.
La puerta apenas se había cerrado tras él, cuando
Farman se volvió hacia Adams. Habló en voz baja, pero sus
rubias cejas estaban juntas, en actitud de enojo.
—¿Qué pasa aquí? —dijo—. ¿Es ésta una reunión
mundana, o estamos cumpliendo una misión?
Adams lo miró.
—Suficiente, Jerry —dijo—. Tómelo con calma.
Pero Farman estaba demasiado indignado para callarse.
Siguió diciendo:
—¡No lo interpreto! Tenemos órdenes de averiguar qué
pasó con la expedición del “Bellerophon” y antes de que
aterricemos siquiera, este Morbius nos dice por radio que no
nos acerquemos, ¡que no nos necesitan! Dice que él está
bien, pero que puede resultarnos perjudicial si
descendemos. Aterrizamos lo mismo. No va a recibirnos,
sino que nos manda a un asqueroso hombre mecánico, en
un más asqueroso carretón. ¿Qué hacemos nosotros
entonces? ¿Lo apuramos para tratar de saber qué demonios
63

