Page 161 - Las Naves Del Tiempo - Stephen Baxter
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Finalmente —al final del tiempo— la gran Esfera,


            con  su  Memoria  mecánica  y  sus  pacientes


            sirvientes Morlocks, se convertiría en algo similar

            a un dios, atrapando el Sol.


            ¡Estaba  de  acuerdo  con  Nebogipfel  en  que  no


            podía  haber  una  meta  más  alta  para  una  especie


            inteligente!

            Había ensayado mis próximas palabras, y las dije


            con cuidado:


            —Nebogipfel, deseo regresar a la Tierra. Trabajaré

            con ustedes en la Máquina del Tiempo.


            Discutimos  la  propuesta,  ¡pero  no  necesité  más


            persuasión  que  ésa!  Nebogipfel  no  parecía


            albergar ninguna sospecha y no me interrogó más.

            Por  lo  tanto,  me  preparé  para  dejar  aquella


            pradera sin sentido. Mientras trabajaba, pensaba.


            Sabía  que  Nebogipfel  —deseoso  de  adquirir  la

            tecnología  del  viaje  en  el  tiempo—  aceptaría  mi


            propuesta. Y me dolía en cierta forma, a la luz de


            mi nueva comprensión de la dignidad esencial de


            los nuevos Morlocks, ¡que ahora me viese obligado

            a mentirle!


            Volvería a la Tierra con Nebogipfel, pero no tenía


            intención  de  permanecer  allí;  ya  que  tan  pronto

            como  llegase  a  la  máquina,  pretendía  escapar


            hacia el pasado.















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