Page 166 - Las Naves Del Tiempo - Stephen Baxter
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—Eso lo entiendo —dije—, pero ¿por qué? ¿Vamos
a caer hasta la Tierra?
Encontré su respuesta bastante aterradora.
—En esencia —dijo—, sí.
Y me quedé sin fuerzas para seguir preguntado,
porque me di cuenta de que empezaba a flotar por
la cabina como si fuese un globo; y con esa
impresión tuve que luchar contra las náuseas
durante varios minutos.
Con el tiempo, recuperé algo de control sobre mi
cuerpo.
Hice que Nebogipfel me explicase los principios
de aquel viaje a la Tierra. Cuando hubo terminado,
comprendí la elegancia y economía de su solución
al viaje entre la Esfera y el cordón de planetas
superviviente, tanto que tenía que haberla
supuesto, y olvidé todas mis especulaciones sobre
cohetes. Aun así, ¡he ahí otra muestra de la
naturaleza inhumana del alma Morlock! En lugar
del grandioso yate espacial que había imaginado,
viajaría de la órbita de Venus a la Tierra en algo no
más grandioso que aquel ataúd de forma
rectangular.
Pocos hombres de mi siglo habían comprendido
los grandes vacíos del espacio, con unos pocos
reductos de calor y vida en él, y las inmensas
velocidades necesarias para recorrer el espacio
interplanetario en un tiempo razonable. Pero la
Esfera de los Morlocks se movía, en su ecuador, a
una velocidad enorme. Por lo que los Morlocks no
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