Page 162 - Las Naves Del Tiempo - Stephen Baxter
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                          DE CÓMO ATRAVESÉ EL ESPACIO

                                         INTERPLANETARIO





            Me  vi  obligado  a  esperar  tres  días  hasta  que


            Nebogipfel dijo que estaba preparado para partir;

            era,  me  dijo,  cuestión  de  esperar  hasta  que  la


            Tierra y nuestra parte de la Esfera estuviesen en la


            configuración adecuada una con respecto a la otra.

            Mis  pensamientos  se  dirigieron  al  viaje  que  me


            esperaba  con  algo  de  expectación  —no  miedo,


            porque ya había sobrevivido a uno de esos viajes


            interplanetarios, aunque inconsciente— y algo de

            interés. Especulaba sobre la forma en que el yate


            espacial  de  Nebogipfel  estaría  propulsado.  Pensé


            en Verne, que había hecho que los miembros del

            club  de  Baltimore  disparasen  un  ridículo  cañón,


            con  una  bala  tripulada,  entre  el  espacio  de  la


            Tierra a la Luna. Pero bastan unos pocos cálculos


            mentales para mostrar que la aceleración necesaria

            para disparar un proyectil más allá de la gravedad


            de la Tierra sería también suficiente para extender


            mi cuerpo y el de Nebogipfel por el interior de la

            bala como si fuesen mermelada de fresa.


            Entonces, ¿qué?


            Se  sabe  que  el  espacio  interplanetario  carece  de


            aire; por lo que no podríamos volar como pájaros

            hacia la Tierra, porque los pájaros dependen de la


            capacidad de sus alas para batir contra el aire. ¡Sin




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