Page 440 - Las Naves Del Tiempo - Stephen Baxter
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—¡Mírame! Mis amigos apenas me
reconocerían. Me estoy convirtiendo en un
aborigen.
Su cara sin barbilla no demostró ninguna
expresión.
—Tú eres un aborigen. Esto es Inglaterra,
¿recuerdas?
Nebogipfel insistió en recuperar los restos
del coche del tiempo del bosque. Podía ver
su lógica, porque en los días siguientes
necesitaríamos todos los trozos de material,
especialmente los metales. Así que
recuperamos el coche, y reunimos los trozos
en un montón sobre la arena. Cuando las
necesidades más urgentes de nuestra super‐
vivencia estuvieron resueltas, Nebogipfel se
dedicó a pasar mucho tiempo con los restos.
Al principio no me interesé demasiado, ya
que suponía que construía un anexo al
refugio, o un arma de caza.
Sin embargo, una mañana, después de que se
durmiese, estudié su proyecto. Había
reconstruido la estructura del coche del
tiempo; había rehecho el suelo, y construido
una jaula de barras a su alrededor, todo
atado con trozos de cable recuperados de la
columna de dirección. Incluso había
encontrado el interruptor azul que cerraba el
circuito de plattnerita.
Hablé con él cuando se despertó.
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