Page 482 - Las Naves Del Tiempo - Stephen Baxter
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hombre ocioso por naturaleza— y pedí
participar en las actividades de los soldados.
Pronto demostré mi valía compartiendo mis
conocimientos dolorosamente adquiridos
sobre la fauna y flora locales, y sobre la
geografía de los alrededores. Había muchos
enfermos en el campamento —los soldados
no estaban más preparados que yo para las
infecciones de la época— y eché una mano
ayudando al solitario doctor del
campamento, un joven perpetuamente
cansado que pertenecía al Noveno de Rifles
Gurkha.
Después de mi primer día no vi mucho a
Gibson, que se esforzaba en los diminutos
detalles de la operación diaria de la Fuerza
Expedicionaria, y —para mi enfado— en una
gran carga de burocracia, formularios e
informes que debía llevar al día, ¡y todo para
beneficio de un Whitehall que no existiría
durante cincuenta millones de años! Me
formé la idea de que Gibson se sentía
inquieto e impaciente por el viaje en el
tiempo. Creo que habría sido más feliz si
hubiese podido continuar sus misiones de
bombardeo sobre Alemania, que me des‐
cribía con increíble claridad. Hilary Bond
tenía mucho tiempo libre —sus actividades
eran más importantes en los momentos en
que los grandes acorazados atravesaban los
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