Page 518 - Las Naves Del Tiempo - Stephen Baxter
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—Vi la bomba caer por el aire —dijo en un
murmullo—. Sabía que era carolinio por la
forma en que ardía... No lo había visto antes,
pero había oído contarlo... y pensé que todo
había acabado. Me quedé paralizada como
un conejo, o como una idiota, y para cuando
recobré el sentido común, sabía que no tenía
tiempo de echarme al suelo, o esconderme
tras los árboles. Me eché los brazos a la cara...
El resplandor había sido brillante hasta lo
inhumano.
—La luz me quemó la carne.., Era como si se
abriesen las puertas del infierno... podía
sentir que se me fundían las mejillas, y al
mirar podía ver que la punta de mi nariz
ardía como una pequeña vela... era
extraordinario... —Le dio un ataque de tos.
Luego llegó el golpe —«como un gran
viento»— y se cayó de espaldas. Rodó por el
suelo del bosque hasta que chocó con una
superficie dura —supongo que el tronco de
un árbol— y, de pronto, ya no supo más.
Cuando recobró el conocimiento, el pilar de
llamas púrpura y carmesí se elevaba como
un demonio desde el bosque, con sus asis‐
tentes familiares de tierra fundida y vapor. A
su alrededor, los árboles estaban destrozados
y quemados, aunque —por casualidad—
estaba lo bastante lejos del centro para evitar
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