Page 519 - Las Naves Del Tiempo - Stephen Baxter
P. 519
la mayor parte del daño, y no la habían
herido las ramas que caían.
Se tocó la nariz y sólo recordaba la espesa
curiosidad al desprendérsele un trozo.
—Pero no sentí dolor, es extraño... aunque —
dijo tenebrosa— se me compensó pronto...
Yo escuchaba en un silencio morboso, veía
claramente en mi mente la mujer esbelta alta
y torpe que había buscado bivalvos conmigo,
unas pocas horas antes de aquella terrible
experiencia.
Hilary creía haber dormido. Cuando
despertó, el bosque estaba muy oscuro —las
primeras llamas habían disminuido— y, por
alguna razón, el dolor se había mitigado. Se
preguntó si sus nervios habían quedado
destruidos.
Con gran esfuerzo, estaba ya muy débil por
la sed, se puso en pie y se acercó al centro de
la explosión.
—Recuerdo el resplandor de las explosiones
continuas de carolinio, el púrpura
ultraterreno que brillaba al moverme entre
los árboles... El calor se incrementó, me
pregunté cuánto podría acercarme antes de
verme forzada a retroceder.
Había llegado hasta el límite del espacio de
aparcamiento de los Juggernauts.
—Apenas podía ver, tal era el brillo del
carolinio, y había un rugido, como agua
519

