Page 563 - Las Naves Del Tiempo - Stephen Baxter
P. 563
por alguno de los inmensos animales de
aquella época; pero pronto nos movíamos
demasiado rápido para distinguir esos
detalles, y caímos en el tumulto incoloro del
viaje en el tiempo.
El Sol pesado del Paleoceno saltó por encima
del mar, e imaginé que desde el punto de
vista de nuestro movimiento en el tiempo la
Tierra giraba alrededor de su eje como una
peonza y corría veloz como un cohete
alrededor de su estrella. La Luna también era
visible como un disco apresurado,
ensombrecido por el parpadeo de sus fases.
El camino diario del Sol se transformó en
una banda de luz argentina que cabeceaba
limitada por los equinoccios, y el día y la no‐
che se fundieron en el brillo azul grisáceo del
que ya he hablado.
Los dipterocarpos temblaban por el
crecimiento y la muerte, y debían hacerse a
un lado por el brote de plantas más jóvenes;
pero la escena que nos rodeaba —el bosque,
el mar suavizado por nuestro movimiento en
el tiempo hasta convertirlo en una planicie
cristalina— permaneció esencialmente
estático, y me pregunté si, a pesar de todos
los esfuerzos de Nebogipfel y míos, el
hombre no había podido sobrevivir en el
Paleoceno.
563

