Page 612 - Las Naves Del Tiempo - Stephen Baxter
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da Constructor estaba siempre solo,
simplemente allí como un monumento
deforme, una mancha de gris acero frente al
blanco óseo del hielo. ¡Nunca los vi moverse!
Era como si se limitasen a aparecer en el
lugar donde estaban, formándose, quizá, del
aire (después descubrí que esa evaluación
preliminar no estaba lejos de la verdad).
La Tierra estaba muerta, pero había signos
de inteligencia. Más edificios grandes —
como el nuestro— moteaban el paisaje.
Tenían formas geométricas simples:
cilindros, conos y cubos. Desde mi punto de
vista privilegiado podía ver el sur y el oeste,
y desde mi atalaya podía contemplar los
grandes edificios esparcidos hasta Battersea,
Fulham, Mitcham y más allá. Por lo que
podía ver, estaban espaciados de media a
una milla de distancia; y todo el conjunto —
los campos de hielo, los Constructores
mudos, los edificios anónimos y dispersos se
conjuraba para crear un Londres terrible e
inhumano.
Volví con Nebogipfel, que todavía estaba de
pie frente al Constructor. El pellejo metálico
del objeto se arrugaba y brillaba, como si
fuese la superficie de un estanque lleno de
peces metálicos que nadaban bajo su
superficie, y luego una protuberancia —un
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