Page 248 - El Señor De La Luz - Roger Zelazny
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–El Pozo del Infierno está siendo destruido –dijo Taraka.
Con la frente perlada de sudor, Sam aguardó con la mano
en la palanca.
–Ahí viene. ¡Agni!
Sam miró a través del largo y curvado parabrisas.
El Señor de las Llamas entró en el valle.
–Adiós, Siddhartha.
–Todavía no –dijo Sam.
Agni miró al carro, alzó su vara.
No ocurrió nada.
Permaneció inmóvil, apuntando con la vara, luego la
bajó, la agitó.
La alzó de nuevo.
Siguió sin brotar ninguna llama de ella.
Llevó la mano izquierda detrás de su cuello, hizo algunos
ajustes en la protuberancia de allí. Apenas lo hubo hecho,
la luz brotó de la vara, quemando un enorme pozo en el
suelo a sus pies.
Apuntó de nuevo la vara.
Nada.
Entonces echó a correr hacia la nave.
–¿Electrodirección? –preguntó Taraka.
–Sí.
Sam adelantó la palanca, ajustó el dial. Un profundo rugir
brotó a su alrededor.
Pulsó otro botón, y un sonido crujiente surgió de la parte
trasera de la nave. Movió otro dial en el momento en que
Agni alcanzaba la escotilla.
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