Page 244 - El Señor De La Luz - Roger Zelazny
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Alcanzaron el borde del pozo, lo cruzaron y se hallaron


          fuera de su alcance.

             –Ahora tenemos que bordear todo el pozo para llegar al

          corredor que conduce a la puerta.


             Un rakasha surgió del pozo y avanzó hacia su lado.

             –¡Se retiran! –exclamó–. La diosa ha caído. ¡El Hombre de


          Rojo la sostiene mientras huyen!

             –No se retiran –dijo Taraka–. Quieren cortamos el paso.

          ¡Bloquead su camino! ¡Destruid el sendero! ¡Aprisa!


             El rakasha se dejó caer de vuelta al pozo como un me‐

          teoro.

             –Atador, estoy cansado. No sé si podré cubrir la distancia


          que separa el reborde exterior de la puerta del lugar de ate‐

          rrizaje de abajo.


             –¿Puedes hacer una parte del camino?

             –Sí.

             –¿Esos primeros cien metros o así, en los que el sendero


          es estrecho?

             –Creo que sí.

             –¡Bien!


             Corrieron.

             Mientras avanzaban siguiendo el borde del Pozo del In‐

          fierno, otro rakasha ascendió y se situó a su lado, mante‐


          niendo su paso.

             –¡Informo!  –exclamó–.  Hemos  destruido  el  sendero  en


          dos lugares. ¡Cada vez, el Señor de las Llamas ha quemado

          uno nuevo!







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