Page 89 - El Señor De La Luz - Roger Zelazny
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al que le gustaban las armas? ¿El joven que anestesiaba
cualquier cosa que se moviera a su alrededor y la disecaba,
extrayendo tanto placer de sus estudios que lo llamábamos
el dios de la muerte?
–Sí, lo recuerdo ¿Todavía vive?
–Si quieres llamarlo así. Ahora es el dios de la muerte, no
como apodo, sino como título. Perfeccionó la sonda hará
unos cuarenta años, pero los deícratas mantuvieron el
asunto oculto hasta hace muy poco. He oído decir que ha
imaginado también algunas otras pequeñas joyas para ser‐
vir la voluntad de los dioses..., como una cobra mecánica
capaz de registrar lecturas encefalográfícas a más de un ki‐
lómetro de distancia, cuando retrocede y despliega su aba‐
nico. Puede localizar a un hombre en medio de una multi‐
tud, independientemente del cuerpo que lleve. No hay an‐
tídoto conocido para su veneno. Cuatro segundos..., no
más. O la vara de fuego, que se dice achicharró las superfi‐
cies de las tres lunas mientras el Señor Agni permanecía de
pie a la orilla del mar y la agitaba. Y tengo entendido que
está diseñando una especie de juggenaut con propulsión a
chorro para el Señor Shiva en este mismo momento..., cosas
así.
–Oh –dijo Sam.
–¿Pasarás la sonda? –preguntó Jan.
–Me temo que no –respondió–. Dime, esta mañana he
visto un aparato que creo puede ser descrito como una má‐
quina automática de rezos, ¿Son muy comunes?
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