Page 94 - El Señor De La Luz - Roger Zelazny
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Pero ninguna de ellas parecía reparar en él, de modo que


          se guardó su sonrisa y la olvidó. Toda su atención se centró

          en el partido de waterpolo que estaban jugando.

             Ili, el timbre de comunicación, zumbó una vez más, mien‐


          tras una brisa artificial traía el aroma de los jazmines del

          jardín hasta sus fosas nasales. Suspiró. Deseaba tanto que


          le  adoraran...,  su  poderoso  físico,  sus  rasgos  cuidadosa‐

          mente moldeados. Que le adoraran como un hombre, no

          como un dios.


             Pero aunque su cuerpo, especial y mejorado, le permitía

          realizar hazañas que ningún hombre mortal podía emular,

          seguía sintiéndose incómodo en presencia de un viejo ca‐


          ballo de guerra como el Señor Shiva..., el cual, pese a su

          predilección  por  los  cuerpos  de  matriz  normal,  parecía


          atraer más la atención de las mujeres. Era casi como si el

          sexo fuera algo que trascendía de la biología; y, no impor‐

          taba lo mucho que intentara suprimir los recuerdos y des‐


          truir aquel segmento de su espíritu, Brahma había nacido

          mujer, y de alguna forma seguía siendo mujer. Puesto que

          odiaba aquella circunstancia, había elegido encamarse una


          y otra vez como un hombre eminentemente masculino, así

          lo había hecho, y pese a todo seguía sintiendo algo inade‐

          cuado,  como  si  la  huella  de  su  auténtico  sexo  estuviera


          marcada al fuego sobre su frente. Eso le hacía sentir deseos

          de patear y hacer muecas.


             Se levantó y se dirigió hacia su pabellón, pasando junto a

          árboles atrofiados que se retorcían con una cierta belleza







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