Page 97 - El Señor De La Luz - Roger Zelazny
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El príncipe, al oír llamar su nombre, se volvió, dejando de
contemplar el interior del templo. El sacerdote, cuyo nom‐
bre había olvidado, le hizo señas de que le siguiera por el
corredor. Le siguió, y el pasillo le condujo al almacén. El
sacerdote trasteó un mecanismo oculto, y tiró de una estan‐
tería, que se abrió hacia fuera, como una puerta.
El príncipe cruzó la abertura. Se halló dentro de una ca‐
pilla ricamente decorada. Una resplandeciente pantalla vi‐
sora colgaba sobre su altar/panel de control, rodeada por
una naga de bronce que sujetaba su cola entre los dientes.
El sacerdote hizo tres inclinaciones de cabeza. –♪ Salve,
regidor del universo, el más poderoso de los cuatro órde‐
nes de dioses y las dieciocho huestes del Paraíso. ♪ Un loto
brota de tu ombligo, tus manos acarician los océanos, en
tres zancadas... ♪
–Reconozco la verdad de todo lo que dices –respondió
Brahma–. Te he escuchado y tienes mi bendición. Ahora
déjanos.
–¿♪?
–Ya lo has oído. Sin duda Sam te pagó por una línea pri‐
vada, ¿no?
–¡Señor...!
–¡Ya basta! ¡Vete!
El sacerdote hizo una rápida inclinación de cabeza y se
marchó, cerrando la estantería tras él.
Brahma estudió a Sam, que llevaba pantalones de montar
oscuros, khameez azul cielo, el turbante verdeazulado de
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