Page 485 - Hijos del dios binario - David B Gil
P. 485
Interludio
Entre monstruos
Tras diez días de confinamiento, la puerta de la
habitación de Nicholas volvió a abrirse para algo
más que dejar pasar la comida. El muchacho
aguardaba el momento sentado sobre la cama,
preparado para su ansiado regreso a la rutina.
—Hola —saludó con sencillez cuando una de
las educadoras se asomó al interior—. ¿Por fin soy
libre?
—Aún no, Nicholas. La directora te espera en
su despacho, debo acompañarte hasta allí.
—Vayamos, entonces. —Y saltó de la cama
animoso, como el que se dispone a pasear en una
mañana soleada.
Ciertamente, la sensación que le produjo
atravesar la puerta de su habitación no fue muy
distinta. Después de tanto tiempo entre cuatro
paredes, los angostos y enrevesados pasillos del ala
sur de St. Martha le parecieron tan liberadores
como correr a cielo abierto. Siguió a su guía con
gesto distraído y manos en los bolsillos, casi feliz
de reencontrarse con su mundo cotidiano, hasta
que la asfixiante presencia de los ojos electrónicos
485

