Page 483 - Hijos del dios binario - David B Gil
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Acto  seguido,  el  agente  aumentado  Knocht


           descargó  sobre  él  un  puñetazo  que  le  descolgó  la


           mandíbula, desfigurando su rostro por completo y


           convirtiendo  aquel  trabajo  en  algo  mucho  más



           sucio de lo que debería haber sido.


                  —Maldito  idiota  —masculló  el  hombre  que


           permanecía  en  pie  y,  empuñando  la  pistola  que


           había  arrebatado  a  su  víctima,  le  descerrajó  dos


           tiros en la cabeza.


                  Dejó caer el cañón humeante sobre el pecho del


           cadáver  y,  con  la  misma  mano,  tomó  su  teléfono



           móvil. La llamada no tardó más de tres segundos


           en ser atendida.


                  —Necesito  un  equipo  de  limpieza  en  las


           coordenadas que os estoy enviando. Sí, y averiguad


           quién realizó el perfil psicológico del señor Blasco,


           querré hablar con él a mi regreso.


                  Devolvió  el  móvil  al  bolsillo  de  la  chaqueta,


           suspiró y se masajeó la parte posterior del cuello.


           Junto a él, el cadáver del agente Blasco yacía sobre



           el  banco  de  madera,  con  las  lágrimas  y  la  sangre


           secándose  sobre  su  rostro  desfigurado.  Knocht


           volvió  a  cubrirse  los  ojos  con  las  gafas  de  sol,  se


           colocó dos pequeños auriculares y esperó a que los


           primeros  acordes  de  Chopin  pusieran  música  a


           aquella fría noche de otoño. Al instante se sintió de




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