Page 510 - Hijos del dios binario - David B Gil
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Capítulo 14


            Sinestesia









                  La  tranquilidad  descolorida  del  amanecer  los


           zambulló  de  cabeza  en  la  zona  industrial  de


           Marignan,  a  pocos  kilómetros  de  Marsella.  Las


           pantallas  de  cristal  que  flanqueaban  la  Autopista


           del  Sol,  erigidas  para  amortiguar  el  murmullo


           espeso  del  tráfico,  proyectaban  anuncios  de


           productos  franceses  que  a  Alicia  le  resultaban



           completamente  extraños.  Sin  embargo,  entre  los


           destellos de luz y las animaciones de estilo japonés,


           más  allá  de  la  translúcida  barrera  publicitaria,


           creyó  vislumbrar  el  inconfundible  azul  del


           Mediterráneo.


                  —Aún no me has dicho para qué venimos aquí


           —comentó  de  improviso,  con  la  frente  apoyada


           contra el cristal de su ventanilla.


                  Daniel,  con  las  manos  en  el  volante,  apartó



           brevemente  los  ojos  de  la  carretera,  pero  no


           contestó.  Desde  que  habían  vuelto  al  coche  no  le


           había dirigido la palabra; en opinión de Alicia, una


           forma  bastante  pueril  de  hacerle  notar  su  enfado


           por la llamada desde la estación de servicio.


                  —Sabes que no soy tu prisionera, ¿verdad? No




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