Page 691 - Hijos del dios binario - David B Gil
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ejército que tenéis ahí arriba. —Fue la breve
confidencia que Daniel le hizo antes de taparle la
boca con fuerza. A continuación, le apartó las
manos y hundió dos dedos en la herida abierta por
la bala, profundamente.
El sicario trató de gritar, horrorizado. El dolor
era tan lacerante, lo atravesaba con intensidad tan
cegadora, que ni siquiera tenía fuerzas para
intentar zafarse de Daniel. Tan solo atinaba a agitar
la cabeza de un lado a otro, tratando de librarse de
aquella garra que lo enmudecía, como si poder
gritar fuera una prioridad aún más perentoria que
suprimir la fuente de tanto dolor... Hasta que
finalmente entornó los ojos y perdió el
conocimiento.
Con la parte más desagradable del trabajo
hecha, se limpió los dedos sobre la camisa del
agente inconsciente y comprobó la hora por
segunda vez aquella noche: aún eran las doce
menos cuarto, su visita al Swissotel apenas había
durado veinticinco minutos, pero ahora todo se
aceleraría irremisiblemente. Solo esperaba disponer
del tiempo suficiente para encontrar a Alicia antes
de que su suerte estuviera echada.
Por fin, las puertas se abrieron a una planta de
garaje y pudo abandonar el ascensor. Empuñó una
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