Page 688 - Hijos del dios binario - David B Gil
P. 688
aguardando durante muchos años, no tomarlo
sería un gran error por su parte.
Daniel meditó sobre ello un instante, pero
necesitaba saber algo más antes de dar una
respuesta:
—¿Dónde está Alicia Lagos?
—¿De verdad eso es relevante en estos
momentos?
—Lo es, si quiere que vaya a Zúrich.
—La señora Lagos está con nosotros.
—Debo verla —afirmó, categórico.
—Me temo que eso no es posible, pero no se
preocupe por ella. Estábamos obligados a tomar
medidas drásticas cuando era el único foco de un
fuego potencialmente devastador; pero ahora,
gracias a usted, ese fuego se ha extendido. Porque
asumo que cualquier información trascendente que
ella poseyera ya estará en manos de la gente para la
que ahora trabaja. Eso nos obliga a abordar esta
situación de una forma más compleja.
Era evidente que no podía confiar en la palabra
de alguien como Bastian Knocht. Su vida durante
los últimos años había sido una constante
negociación con hombres como aquel, y sabía bien
que no podría conseguir nada sin arriesgar algo a
cambio.
688

