Page 687 - Hijos del dios binario - David B Gil
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Daniel  trató  de  verbalizar  una  réplica


           coherente, pero fue incapaz. Su mente no dejaba de


           regurgitar  nuevas  preguntas:  ¿le  mentía  aquel


           hombre o le daba la dosis de sinceridad exacta para



           obtener lo que quería? ¿Por qué insinuaba que su


           padre  y  Rosesthein  estaban  conectados  de  algún


           modo?  ¿Acaso  Rosesthein  sabía  de  él  antes  de


           convertirse en el hijo de Edin Adelbert? ¿Y por qué


           habría de ser así? ¿Qué era él, sino otro de tantos


           niños adoptados? Daniel sabía bien que alimentar


           el ego de alguien que sufre de carencias afectivas es



           el  abecé  de  la  manipulación  psicológica;  sin


           embargo,  las  insinuaciones  de  aquel  hombre


           coincidían  de  forma  inquietante  con  aquellas  que


           hiciera Inamura en su refugio noruego.


                  Y  bajo  todas  esas  dudas  que  súbitamente  lo


           apabullaban, una imagen, una foto fija a través del


           tiempo:  las  camas  vacías,  el  pabellón  gélido  y


           oscuro, la voz reconfortante que le hablaba de un


           niño perdido que se encontró a sí mismo.



                  —¿Por  qué  su  jefe  le  envía  a  decirme  esto


           ahora?


                  —De  nuevo  la  pregunta  equivocada,  señor


           Adelbert. No se lo volveré a repetir: hay un avión


           privado  con  destino  a  Zúrich  esperándole  en  el


           New  Changi.  Creo  que  es  el  vuelo  que  ha  estado




                                                                                                            687
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