Page 729 - Hijos del dios binario - David B Gil
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mostrando el recorrido más corto para llegar a la
salida. Aquel resplandor embadurnaba las paredes
en rojo y proyectaba sombras desquiciadas, la más
negra y amenazadora, la de Nicholas, que se cernía
sobre la cama. Apartó las mantas con brusquedad.
Debajo se encontraba August, ya despierto y
tratando de incorporarse mientras se pasaba la
mano por los ojos. El intruso no apreció atisbo de
sorpresa en la mirada de su compañero, apenas
cierta desorientación, pero aquello no le importó: lo
agarró por el cuello y le reventó el labio de un
puñetazo. La sangre cayó sobre las sábanas y
palpitó bajo la estroboscópica luz ambiente.
—Si volvéis... a tocar... a Eva —subrayaba cada
palabra con un nuevo golpe—, volveré a por ti. No
a por Reiner ni a por ninguno de tus perros.
Volveré a por ti, y te mataré.
Y rubricó su amenaza con un último puñetazo
que hundió la cabeza de August contra la
almohada. Entonces Nicholas volvió a mirarlo a los
ojos y descubrió un rostro desfigurado por sus
puños y por aquella luz infernal. Con la nariz rota,
con los ojos hinchados y el labio descolgado,
August le sostuvo la mirada y sonrió como si la
situación le divirtiera, y aquella sonrisa fue mucho
más lacerante que todos los puñetazos que
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