Page 730 - Hijos del dios binario - David B Gil
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Nicholas pudiera asestarle.
Sintiéndose impotente, incluso derrotado,
volvió el rostro con repugnancia y se apartó de él.
Solo había una manera efectiva de proteger a Eva,
pero para ello necesitaba salir de allí.
Eugene esperaba sobre la plataforma de metal
que servía de antesala a las criptas de St. Martha.
Al otro lado del umbral podía ver una escalera de
aluminio que se hundía en gélidas tinieblas; a este
lado, donde él aguardaba, se encontraban las
cámaras frigoríficas de la gran despensa que
alimentaba al colegio. Había cruzado la cocina a
solas, tanteando en la oscuridad hasta que la
alarma saltó y unas luces de emergencia
comenzaron a girar. El susto casi le aflojó la vejiga,
pero logró contenerse (si bien quizás no del todo) y
evitar el ataque de pánico. Cuando las piernas
dejaron de temblarle y consideró que podían volver
a sostenerlo, continuó entre los fogones y las
bandejas apiladas, a la luz de las silenciosas sirenas
que ahora barrían la estancia.
Fue un duro trance durante el que maldijo a
Nicholas no menos de cien veces, pero consiguió
llegar hasta el final del recorrido y comprobar que,
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