Page 755 - Hijos del dios binario - David B Gil
P. 755

Fue  una  espera  eterna  en  la  más  absoluta


           oscuridad, a solas con su miedo, preguntándose si


           lo más sensato no sería quitarse la vida ella misma


           y escapar así a la larga agonía anunciada por Sek.



           O  quizás  debería  aguardar  a  que  alguien  entrara


           por  aquella  puerta,  matar  una  vez  más  e  intentar


           escapar  a  través  del  caos  que  ahora  percibía


           nítidamente, incluso a través de los espesos muros.


           Negó para sí y se dijo que era mejor no engañarse.


           La  realidad  era  que  solo  tenía  dos  alternativas:


           pegarse un tiro o morir matando, y estaba decidida



           a  hacer  valer  la  segunda  opción  hasta  donde  la


           suerte y las fuerzas le permitieran.


                  Por  fin,  la  cerradura  se  abrió  y  las  bisagras


           giraron.  Apenas  tuvo  tiempo  de  alzar  el  cañón


           antes  de  que  una  luz  directa  la  deslumbrara.


           Disparó  a  ciegas,  pero  alguien  le  apartó  la  mano


           evitando un segundo disparo y se la retorció hasta


           que sus dedos se abrieron y el arma cayó al suelo.


           Cuando  el  resplandor  dejó  de  cegarla  pudo



           distinguir el rostro del viejo Sanjo, cuya mirada se


           perdía en el cadáver irreconocible de su camarada.


           Sin soltarle la muñeca, el soldado volvió hacia ella


           unos  ojos  de  profunda  incredulidad.  Dejó  caer  la


           linterna  y  la  aferró  por  el  cuello  con  furia,


           dispuesto  a  estrangularla.  Cerraba  los  dedos  en




                                                                                                            755
   750   751   752   753   754   755   756   757   758   759   760